Era una noche fría, no había dejado de llover desde el atardecer, las personas corrían de un lado al otro de la calle intentando escapar de aquel diluvio.
Ella, sin embargo, miraba calurosamente a través del ventanal de la cafetería en la cual se encontraría con su amado. Él le había dicho que debía decirle algo importante, algo que según el cambiaría la vida de ambos.
Llevaban muchos años juntos, él no había dejado de amarla y ella tampoco a él.
Sentía el frío del exterior pero olvidaba esa sensación con el dulce sabor del café que le acompañaba. Quería verle, siempre lo quería, pero esta noche estaba muy ansiosa algo esperaba más allá de lo que ella misma podría imaginar.
La cita aguardaba a las 8:30, ella Quiso llegar mucho antes, su ansiedad no la dejo pasar el día. Fue un día agradable para ella, en su oficina no tuvo mucho trabajo y por primer vez pudo salir antes de lo habitual.
Mientras tanto, aquel hombre salía de su apartamento, no dejaba de pensar en lo feliz que sería ella al escuchar lo que tiene para decirle.
En su caminata por el pasillo decía en su mente "ha llegado el momento", y sonreía.
Quien les conoce puede decir que son una pareja modelo. Tanto él como ella, han sido fieles el uno con el otro, se aman, nunca se lo han negado, siempre se lo recuerdan, han vivido muchos momentos felices, la tristeza nunca ha interferido entre ellos, sus éxitos se han dedicado, y ahora ella esperaba que pudiese ser mejor.
Él en el coche, ella en el café, ella esperando por él, él ansioso de estar con ella, ella su café lentamente consumía mientras él rápidamente su auto conducía, ella miraba el reloj, ansiosamente esperando, él tocaba su bolsillo que poco tiempo llevaba esperando, ella miraba la lluvia, y empezó a sentir frío, él estaba feliz y música agregó a su latido, ella regó su café, sintió que algo había perdido, vio como el líquido derramó y su corazón confundido no vio que su amor se estrelló en aquel lugar prometido.
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